La decena trágica

La oposición contra Madero se fue acrecentando. Muchos seguidores iniciales creían que sus medidas para la solución de los problemas sociales habían sido muy tibias. Se iba fraguando un movimiento contrarrevolucionario, de mucha mayor envergadura, en el que estaban implicados los reyistas y los felicistas. La sublevación comenzó el 9 de febrero de 1913 en el episodio conocido como la “Decena Trágica”.

El levantamiento se inició en la Escuela Militar de Aspirantes, en Tlalpan, y en los cuarteles de Tacubaya. Una de las primeras acciones de los rebeldes fue la liberación de los generales Reyes y Díaz. Acto seguido, tres columnas se dirigieron a Palacio Nacional. Dos de ellas fueron vencidas por el general Lauro Villar –que resultó herido- y el intendente del Palacio Nacional Adolfo Basó. El general Reyes murió en la batalla.

La tercera columna quedó debilitada y sólo pudo recuperar fuerzas al mediodía, en la Ciudadela. Madero salió de Chapultepec rumbo a Palacio Nacional, en un recorrido que se conoció después como “marcha de la lealtad”. En el camino nombró jefe de la plaza a Victoriano Huerta, en sustitución del general Villar. El presidente sostuvo una junta con sus secretarios y decidió partir a Cuernavaca en busca de Felipe Ángeles. Durante su viaje continuaron los combates. Un hecho dio sesgo diferente a los acontecimientos: Huerta entró en tratos con Félix Díaz. A partir de ese momento, Huerta tomó medidas para concretar su traición, emplazó a la artillería donde no dañara a los sublevados y sembró el pánico entre la población civil.