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domingo, 3 de noviembre de 2013

Benito Juárez oratoria

¡¡hola!! hace un año me invitaron a un concurso de oratoria en mi escuela acerca de Beníto Juárez, les dejo pues aquí dos que usé para inspirarme en el mío;P


MI DISCURSO ACERCA DE BENITO JUAREZ Y LAS LEYES DE REFORMA
Posted on 28 julio, 2009 by iselita858
SALUDOS CAMARADAS PUES AQUI LES COMPARTO UN DISCURSO QUE PREPARE ACERCA DE BENITO JUAREZ Y LA ACTUALIDAD DE LAS LEYES DE REFORMA IBA A CONCURSAR EN UN CERTAMEN DE ORATORIA PERO HUBO ALGUNOS CONTRATIEMPOS AUN ASI EL DISCURSO ESTA DE LUJO.
Discurso: Juárez y las leyes de reforma
Con su permiso honorable jurado calificador
Distinguidas autoridades aquí presentes
Compañeros participantes
Publico que nos acompaña
Es para mí un honor, una responsabilidad gustosa y una oportunidad agradecida disertar para ustedes el tema: las leyes de reforma.
¡Imposible hubiera sido la construcción de nuestro moderno estado Mexicano sin las leyes de reforma¡
Visionarias y muy necesarias para unos, herejes y peligrosas para otros, controversiales para todos como sello distintivo, pero… ¿de donde viene la importancia de unas leyes promulgadas hace 150 años para todos los mexicanos de hoy en día?
Para responder esta interrogante es necesario ubicarnos en aquel tiempo para que sea a través de la historia que comprendamos la importancia que estas leyes y su cabal cumplimiento tienen.
Nacionalización de los bienes del clero, separación de la iglesia y el estado, prohibición de la asistencia oficial a ceremonias religiosas, exclaustración del clero regular y extinción de corporaciones eclesiásticas, además del establecimiento del registro civil de nacimientos, matrimonios y defunciones junto con la secularización de cementerios; he aquí la esencia de las leyes de reforma.
Desde la conquista de México en 1521, la iglesia católica no solo intervenía abiertamente en el gobierno del país sino que también tenia el control de una gran diversidad de asuntos publicos porque solo la iglesia había tenido en sus manos la forma de llevar el control de bienes y de registros, además de su poder para mantener en la obediencia a través del miedo a la ira divina a la población civil.
Así que ubicándonos en ese tiempo y partiendo de la base del dominio que la iglesia ejercía sobre los asuntos públicos y la sociedad entera el solo pensar en desafiar a la autoridad eclesiástica era una hazaña sobrehumana; pero no era únicamente el clero quien ostentaba poder mundano ilimitado y acumulaba riquezas excesivas también estaban los militares y los grandes terratenientes interesados en mantener el Status Quo en medio de una sociedad casi feudal.
¡Religión y fueros! O intolerancia religiosa y trato privilegiado al clero y al ejercito, eso era lo normal.
La religión y la política eran indisociables en medio de una sociedad acostumbrada a la inercia.
Así pues nuestro país era dominado por una vetusta, rígida y anacrónica estructura teocrático-militar y esa tendencia continuo hasta que surgió de la mano de un gran hombre, de un héroe nacional, del Benemérito de las Ameritas, el presidente Benito Juárez una propuesta diferente una solución mas justa para la mayoría, la de las Leyes de Reforma y asi fue que después de grandes trasiegos y sacrificios los principios libertad y reforma se impusieron sobre aquellos de religión y fueros.
¡Se rompió la inercia! ¡Se disociaron la iglesia y el estado! ¡Surgió el estado laico! y a partir de entonces comenzó una lucha en pro de la defensa de la legalidad, por el poder político y civil de los ciudadanos y la construcción de un régimen positivo para la nación, se modernizo el pensamiento político pero también se adquirió un enorme desafió: favorecer la convivencia armoniosa y respetar la pluralidad.
Es importante dejar en claro que se respetó a la religión católica pero se acabó con la religión de estado que era un lastre para el progreso pues se prohibió expresamente a los ministros de culto intervenir en asuntos políticos.
En el 2009 las Leyes de reforma son el origen de las libertades  y derechos que todos gozamos como la tolerancia, los derechos del hombre, derechos de enseñanza, prensa, trabajo, reunión y de libertad de cultos; todo esto porque en las leyes de reforma  fueron plasmados valores trascendentales y vigentes. Y por eso no es cosa menor recordar la importancia de esta conquista porque aun hoy la lucha por mantenerla sigue y en este momento es nuestro deber, responsabilidad y derecho exigir que se respeten y cumplan pues continúan siendo un pilar de la sociedad y el gobierno y su incumplimiento  o modificación solo resultaría un retroceso para todos.
Por ultimo no olvidemos destacar la importancia de la historia porque nos enseña la actualidad que estas patrióticas leyes tienen y el porque vale la pena reflexionar en ellas para no perder las conquistas populares ganadas con la muerte, sacrificio y sufrimiento de nuestros antecesores.

Gracias.



BENITO JUAREZ
EL NIÑO ZAPOTECA

SEÑORAS Y SEÑORES
HONORABLE JURADO CALIFICADOR
AMIGOS TODOS.

ESTOY AQUI   EN ESTA TRIBUNA Y FRENTE A USTEDES
PARA DISERTAR SOBRE EL TEMA:
"JUÁREZ EL NIÑO ZAPOTECA".

MUY PEQUEÑO SOY AÚN
PERO HABLAR DE JUÁREZ EL NIÑO ZAPOTECA
ME HACE SENTIR GRANDE
POR QUE ME INSPIRA   A ENGRANDECER MI PATRIA, MI PAIS.

YO QUIERO DECIRLES QUE JUÁREZ EL NIÑO ZAPOTECA
ES EL PRESIDENTE QUE MAS HA QUERIDO ESTA PATRIA NUESTRA
QUE SE LLAMA
MÉXICO.

ES CIERTO
EL PRESIDENTE JUÁREZ
ES EL MAS GRANDE
DE TODOS LOS MEXICANOS.

Y LO ES
PORQUE TODA SU VIDA LUCHÓ Y VENCIÓ A LA ADVERSIDAD;
POR ESO ES QUE LOS LIBROS PUEDEN TU VIDA CAMBIAR.

PERO ÉL PUDO NO SOLO CAMBIAR SU VIDA,
SINO TAMBIÉN VENCIÓ POR SU NOTABLE TESÓN
QUE ES LA SUPERACIÓN.

JUÁREZ AMÓ ESTA PATRIA,
PORQUE PARA ÉL ERA UN ORGULLO PERTENECER A LA RAZA ZAPOTECA,
DEFENDER SUS RAÍCES, SACAR EL CORAJE,
SU FUERZA INTERIOR
Y VENCER CON EL PUBLO,
POR AMOR A ESTA TIERRA, AL SUELO QUE LO VIO NACER
Y TRANSFORMARSE DE INDIO ZAPOTECA
A GIGANTE
VICTORIOSO.

POR ESE AMOR A LA PATRIA,
YO,
AL IGUAL QUE USTEDES
AMO EL NOMBRE DE BENITO JUÁREZ
Y LO AMO TAMBIÉN POR SU HISTORIA,
TANTAS VECES NARRADA POR MIS PADRES Y MAESTROS.

ESCUELAS, PLAZAS, MONUMENTOS,
TODO MI INFANCIA ME HABLA DEL AMOR DE BENITO JUÁREZ A ESTA NACIÓN
POR TAL RAZÓN
ES VENCEDOR DE EMPERADORES
Y DE FUERZAS INVASORAS.

TANTO FUE EL GRAN AMOR DE ESTE INDIO ZAPOTECA A LA PATRIA
QUE YO LES DIGO
QUE NO PRONUNCIEMOS SU CÉLEBRE FRASE CON ALERDE Y PRESUNCIÓN:
"EL RESPETO AL DERECHO AJENO ES LA PAZ".

MEJOR, VIVAMOS LA FRASE,
HAGÁMOSLA REAL.

EN CONCLUSIÓN,
HONORABLE JURADO CALIFICADOR,
JUÁREZ EL NIÑO ZAPOTECA,
POR SU GRAN AMOR A LA PATRIA,
ES HOY MAS QUE UN HÉROE MEXICANO,
ES UN HÉROE UNIVERSAL
PORQUE DEFENDIÓ COMO NADIE
LA LIBERTAD DE LOS MEXICANOS.

JUÁREZ, NINO ZAPOTECA
ESCÚCHAME;
Y DIGO ESCÚCHAME
PORQUE QUIERO DECIRTE
QUE ESTÁ EN LA MENTE LA LA NIÑES MEXICANA.

COMPAÑEROS,
SI DE VERDAD QUEREMOS
UN MAÑANA MEJOR
AMEMOS A MÉXICO
COMO JUÁREZ EL NIÑO ZAPOTECA LO AMÓ.

En el discurso oficial, Sergio Bojórquez Alcántar, gerente general de la Jumapag, recordó el legado del Benemérito de las Américas destacando que vivir en un estado de leyes es vivir con seguridad y tener confianza es la mayor garantía de paz social.
“Juárez nos habla para decirnos que sólo en la unidad y con una participación social valiente y decidida, podremos enfrentar las adversidades que hoy afectan nuestra libre convivencia”, expresó.
El funcionario municipal agregó que los guasavenses deben unirse y demandar mayores niveles de tranquilidad pero sin incurrir en denostaciones estériles de origen sectario.
“Ante los conflictos y diferencias, ante las controversias, ante las minorías que desafían el estado de derecho, el único imperio que aceptamos los mexicanos de bien, es el imperio de la ley. Imitemos todos el ejemplo de dignidad de Juárez”, puntualizó.
De igual forma los grupos liberales, en voz de Pedro Montes Verdugo, recordaron con admiración y respeto al hombre que sentó las bases del Estado Mexicano Moderno, con estricto respeto a la ley y a las instituciones.

ahora les dejo aqui la historia en la que, yo creo, se basó este último discurso:

Benito Juárez era un indio zapoteca, es decir, pertenecía al grupo de los mexicanos más pobres entre los pobres. Por ello, los historiadores y los interesados en el liberalismo del siglo XIX se preguntan cómo Benito Juárez pudo saltar del cerco de la miseria y la postración del analfabeta y llegar a ser un jurista consumado, un experto constitucionalista y un admirador obsesivo del pensamiento liberal francés, el cual ayudó a transplantar a las leyes y prácticas políticas mexicanas.
Cuando Benito Juárez llegó a ocupar la Presidencia de la República, los personajes del Partido Liberal que entonces brillaban con luz propia eran Melchor Ocampo, Ignacio Manuel Altamirano, Ignacio Ramírez, Miguel y Sebastián Lerdo de Tejada, Guillermo Prieto, Francisco Zarco, Jesús González Ortega y Vicente Riva Palacio. Eran actores que habían labrado un nombre en la arena política nacional por sus habilidades como representantes en el Congreso, o por su participación en las leyes, las armas y las letras. Juárez carecía de esos talentos. Sin embargo, frente a esa pléyade de “hombres que parecían gigantes”, como los llamó Justo Sierra, Benito Juárez construyó su propio camino para alcanzar uno de los lugares más altos en la memoria nacional. Como dice Daniel Cosío Villegas, “en Juárez se dieron, en una proporción muy finamente equilibrada, el estadista y el político, es decir, el hombre de Estado, capaz de concebir grandes planes de acción gubernamental, y el hombre ducho en la maniobra política. Con esas virtudes, Juárez puso en acto las leyes de Reforma que cambiaron el destino de la República.
Basta recordar aquí las sustantivas:
·       Separación de la Iglesia del Estado
·       Nacionalización de los bienes de la Iglesia
·       Registro civil de los nacimientos, casamientos y defunciones
·       Instauración de la educación laica.
En el manifiesto que dirigió a la nación para explicar el sentido de esas leyes, escribió: estas medidas “son las únicas que pueden dar por resultado la sumisión del clero a la potestad civil en sus negocios temporales. También decía que el gobierno “cree indispensable proteger en la República, con toda su autoridad, la libertad religiosa”, la libertad de cultos.
Estas leyes, seguidas por la determinación intransigente de su cumplimiento, dieron origen a la nación secular, sustentada no en el privilegio o los fueros étnicos, religiosos o militares, sino en el reconocimiento de la igualdad de los ciudadanos ante la ley. La fe absoluta de Juárez en la bondad del credo liberal la revela su actitud ante los grupos étnicos.
Es decir, a pesar de que conocía mejor que nadie su situación degradada, jamás pensó en otorgar a los pueblos étnicos derechos especiales, pues él vio el interés de los indígenas a través de los principios liberales, es decir, promoviéndolos a la categoría de ciudadanos sin más, iguales a los otros.
Con Juárez culmina la larga batalla liberal contra el fanatismo religioso, porque su política abrió el horizonte del laicismo, cerró las puertas a la religión de Estado y sembró las bases para conjurar las luchas de religión y los fundamentalismos que hoy resucitan diversas regiones del mundo.
En este contexto, el Plan de Ayutla significó uno de los programas socio políticos más importantes de aquel tiempo. Juárez dio su pleno apoyo a ese Plan promulgado en 1854, que consistía en un conjunto de reivindicaciones de contenido liberal, por medio del cual se exigía la creación de una Asamblea Constituyente en el marco de una constitución federal. Entre otros aspectos, el Plan de Ayutla consideraba la separación de Iglesia y Estado; también contemplaba la Ley Juárez, con la que fueron abolidos los fueros, privilegios que tenían los militares y el clero por encima de otras personas. Por otro lado, este Plan también desconocía a Santa Anna como presidente.

En Juárez se funden las características de un personaje vigoroso pero sensible, a pesar de su apariencia de adustez. Es tenaz, perseverante y, sobre todo, de rectitud a toda prueba. Esta rectitud en sus principios, esta confianza en el triunfo de su causa, esa perseverancia para alcanzar sus objetivos, esa templanza de carácter y, sobre todo, esa serenidad característica, indispensable en un estadista, lo convirtieron en el líder de la mejor generación que ha actuado en la vida política mexicana de todo el siglo XIX. Con su amplia visión de hombre de Estado, sentó principios aún vigentes en el México actual, como son sus medidas que determinaron la separación Iglesia-Estado.

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