Translate

lunes, 29 de abril de 2019

ideas principales "La indiferencia pura" de Gilles Lipovetsky en _La era del vacío_


siglos xix y xx → languideces, genocidios, guerras, angustia, desolación
se organizó tanto, se edificó, se acumuló tanto y simultáneamente se estuvo tan atormentado por la pasión de la nada, de la tabla rasa, de la exterminación total
formas de aniquilación adquieren dimensiones planetarias
un asunto de liberación no tiene que ver con las generaciones
¿qué se ha salvado? crece el saber, el poder, el trabajo, el ejército, la familia, la iglesia, los partidos, ya han dejado de funcionar como principios absolutos e intangibles y en distintos grados ya nadie cree en ellos 
Nadie cree en el trabajo cuando la jubilación, los fines de semana y las vacaciones se convierten en una aspiración de masa, en un ideal
Nadie cree en la familia cuando los índices de divorcios no paran de aumentar, los viejos son expulsados a los asilos, los padres quieren permanecer jóvenes, las parejas se vuelven libres, el aborto y la esterilización son legalizados. 
Nadie cree en el ejército cuando escapar del servicio miliar ya no es un deshonor 
Se propaga la ola de deserción despojando a las instituciones de su grandeza anterior y de su poder de movilización emocional. Sin embargo, el sistema funciona, las instituciones se desarrollan en el vacío
Vida en los espacios abandonados
↓ eternas lamentaciones sobre la decadencia occidental. Dios ha muerto pero a nadie le importa, esta es la alegre novedad
El capitalismo funciona a base de libido, de creatividad, de personalización. Relajación, el sistema invita al descanso, al descompromiso emocional 
Cuadros hiperrealistas no llevan ningún mensaje. Hiperrealismo se convierte en juego puro ofrecido al único placer de la apariencia y del espectáculo. Abandono de lo real y circularidad hiperrealista, representación desprovista de escala humana por ampliaciones y acentuaciones de las formas y los colores 
Se pierde ante la frivolidad o utilidad de la moda, del ocio de la publicidad. En la era de lo espectacular, lo verdadero y lo falso, lo bello y lo feo, lo real y la ilusión, el sentido y el sinsentido se esfuman, los antagonismos se vuelven flotantes y se empieza a comprender que ya es posible vivir sin objetivo ni sentido 
La indiferencia crece.
La enseñanza se ha convertido en una máquina neutralizada por la apatía escolar. Abandono del saber mayor que el aburrimiento. El colegio es un desierto en donde los jóvenes vegetan sin grandes motivaciones ni intereses. Las huelgas después del 68 han desaparecido, la protesta se ha extinguido, el colegio es un cuerpo momificado y los enseñantes un cuerpo fatigado, incapaz de revitalizarlo
La política ha entrado en la era de lo espectacular, interesa a los ciudadanos en la misma manera, o menos, que los resultados deportivos y las apuestas. La política se ve obligada adoptar el estilo de la animación, debates personalizados, etc. lo único capaz de movilizar la atención del electorado 
Las declaraciones de un ministro no tienen mayor valor que un folletín. No hay jerarquías. Lo único que determina la audiencia es la calidad de la diversión. Indiferencia posmoderna por exceso
¿qué puede aún escandalizar? Un acontecimiento se olvida tan pronto ha sido registrado, expulsado por otros aún más espectaculares.
Indiferencia ante el propio hogar, sólo importa por su cercanía al lugar de trabajo
La modernidad, el futuro ya no entusiasma a nadie
Personalización y liberación del espacio privado
Todos los gustos, todos los comportamientos pueden cohabitar sin excluirse, todo puede escogerse a placer
Individuo narcisista
Indiferencia actual, la apatía se extiende más por cuanto concierne a sujetos informados y educados. Se manifiestan por el aburrimiento y la monotonía. La indiferencia designa una nueva conciencia. 
Desencanto en el trabajo. En el sistema, los ideales y valores declinan y sólo queda la búsqueda del ego y el propio interés, éxtasis de la liberación personal, la obsesión por el cuerpo y el sexo. En la sociedad se inicia una desmotivación generalizada, pasión de consumir. El deseo, el placer, la comunicación se convierten en los únicos valores.
El capitalismo hace indiferentes a los hombres, como lo hizo con las cosas. La apatía es una nueva socialización. El capitalismo encuentra en la indiferencia una condición ideal para su experimentación
La inconstancia y la innovación capitalistas hacen y deshacen combinaciones cada vez más deprisa. El sistema del “por qué no” se vuelve puro como la indiferencia
Cuanto más los políticos se explican y exhiben en la tele, más se ríe la gente, cuantas más octavillas distribuyen los sindicatos, menos se leen, cuanto más se esfuerzan los profesores porque sus estudiantes lean, menos leen éstos = indiferencia por saturación, información y aislamiento.
Escasez de motivación. El hombre indiferente no se aferra a nada, no tiene certezas absolutas, nada le sorprende y sus opiniones son susceptibles de modificaciones rápidas 
La cifra global de suicidios no cesa de declinar. Se hace incompatible con la era de la indiferencia 
Enfermedad del vivir
Generalización de la depresión → surgimiento del individuo puro, Narciso en busca de sí mismo, obsesionado solamente por sí mismo, propenso a desfallecer o hundirse en cualquier momento. El hombre relajado está desarmado. Los problemas personales toman dimensiones desmesuradas
Todo da lugar a dramatizaciones y estrés: envejecer, engordar, afearse, dormir, ir de vacaciones, educar a los niños, todo es un problema. Las actividades elementales se han vuelto imposibles
Deseo y dolor de estar solo. Cada uno exige estar cada vez más solo y simultáneamente no se soporta a sí mismo

No hay comentarios:

Publicar un comentario